viernes, 13 de abril de 2012

Brasil en el Consejo de Defensa Sudamericano

OBSTÁCULOS A LA COOPERACIÓN Y EL LIDERAZGO (Introducción)

Emilse Calderón

En la actualidad, los rasgos inherentes a América del Sur en lo que a las cuestiones de seguridad respecta distancian a la subregión del resto de Latinoamérica y del sistema continental en general.

Se puede divisar en Sudamérica una subregión que se caracteriza tanto por la intensidad de los vínculos entre sus miembros –cuyo patrón tradicional de amistad-enemistad hasta el inicio de la redemocratización en los ochenta tiende predominantemente hacia el conflicto–, como por una creciente coincidencia en la relevancia de las temáticas de agenda. Esta conjunción deviene en una dinámica de seguridad particular, entendida como la instauración de cierta lógica y modo de vinculación entre los Estados que conforman un todo indivisible en cuestiones de seguridad, circunscripto a cierta subregión.

Desde una perspectiva analítica-descriptiva, esa dinámica de seguridad puede ser analizada de manera integral, como lo proponen B. Buzan y O. Waever en su teoría de los Complejos Regionales de Seguridad. A partir de la creación del Consejo de Defensa Sudamericano, dicha dinámica de seguridad se manifiesta, por ejemplo, en el tratamiento de las diferencias entre Ecuador y Colombia en 2008 y de las consiguientes tensiones generadas con Venezuela, como en el manejo de la crisis interna de Bolivia a raíz de la problemática de las autonomías.

Ahora bien, la persistencia y consolidación de esta dinámica de seguridad particular en América del Sur aumenta la distancia entre estos países y la región, repercutiendo sobre la arquitectura institucional continental existente.

Si se examina el esquema de seguridad interamericano desde una perspectiva histórica y se lo contrasta con la dinámica que la temática de la seguridad adquiere una vez finalizado el período de Guerra Fría, el desfase entre lo ya institucionalizado y la realidad coetánea se hace evidente. Más aun si se atiende a los cambios acaecidos luego de los atentados terroristas del 11 de setiembre, que tendieron a fortalecer la construcción de una agenda de seguridad con eje en las amenazas no tradicionales. Es así, pues, que la arquitectura continental de seguridad no ha sido receptiva de las demandas de sus Estados miembros en general. Las mismas, por consiguiente, no han logrado traducirse en una jerarquización unívoca a nivel continental de temas de agenda, entre otros motivos, debido a las crecientes disparidades que se presentan entre las distintas subregiones.

Por lo dicho, reflexionar sobre la posibilidad de que la subregión comience a transitar por el sendero de un proceso de seguridad no parece una opción carente de pertinencia. La instauración del Consejo de Defensa Sudamericano puede ser interpretada como un primer paso en este sentido, modesto políticamente, pero relevante a nivel simbólico. Más aun cuando es Brasil quien se presenta como creador y promotor de la propuesta. Al respecto, no se puede dejar de tener en consideración que este país, además de contar con las capacidades materiales necesarias, aspira y dirige su política exterior a alcanzar un mejor posicionamiento en el orden internacional global. Por tanto, la construcción de un liderazgo regional por parte de Brasil en torno al avance de un proceso de seguridad, organizado en el marco institucional del Consejo de Defensa, es una opción cuando menos razonable.

En este marco podemos afirmar que, partiendo desde una perspectiva tradicional que comprende el liderazgo a partir de la concentración de recursos y capacidades por parte de un Estado, Brasil estaría en condiciones de ejercer el rol de líder e impulsar el proceso de seguridad.

Por otra parte, el análisis de las probabilidades que posee la región de transitar por un proceso de seguridad y, por ende, la reflexión en cuanto al peso relativo de la creación del Consejo de Defensa en tanto que avance cooperativo institucionalizado, necesita considerar los obstáculos existentes. Los mismos se derivan de las características de la dinámica de seguridad de América del Sur como subregión, características que se anteponen también a cualquier intención brasileña de ejercer el liderazgo.

Respecto a esto último, hay que tener en cuenta que entre los gobiernos y sociedades sudamericanas es ampliamente aceptada la noción del liderazgo como producto de una situación hegemónica basada no solo en el poder, como ocurre en la concepción tradicional, sino también en la capacidad del líder de generar consensos, lo cual supone su habilidad de representar los intereses del conjunto. Esta situación conlleva concesiones o costos por parte del líder, y éste es un punto que, incluso en el interior de Brasil, continúa despertando dudas sobre si existe la voluntad o no de asumirlos. Está claro que si los gobiernos sudamericanos perciben que el liderazgo de Brasil se perfila más cercano a una concepción tradicional, su reacción será de mayor cautela en el momento de aceptarlo, por lo que se limitaría o, al menos, se desaceleraría el proceso de seguridad.

Por lo tanto, en el presente, nos hallamos frente a un Consejo de Defensa que funciona como una instancia preliminar para la administración consensuada tanto de los disensos más descollantes que puedan surgir entre los actores estatales de la región como de las situaciones que atenten contra la estabilidad y la seguridad.

Además, y desde una visión no tradicional del liderazgo, la falta de consenso entre los Estados de la subregión respecto al otorgamiento del rol de líder a Brasil, sumado a las dudas por parte de éste sobre la asunción de los costos, decanta en el papel de gestor y hacedor del dialogo que dicho país desempeña.

Emilse Calderón es profesora de Relaciones Internacionales en la UAM, donde también cursa el doctorado en esta área.

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Publicado por la Revista de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, Nº 18, octubre de 2011. En la transcripción se omitieron las citas bibliográficas y se realizaron modificaciones visuales, como el espacio entre párrafos, a fin de adaptar el texto al formato de este blog.

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