lunes, 31 de octubre de 2011

Acá entre nos: La ensalada Twitter

Morena Blue

Hace muchos años, una de mis tías paternas abrió un restaurante vegetariano en Caracas junto a su marido y otros socios, todos militantes de un grupo “naturista”. Así se auto definían esos hippies de clase media que se volvieron empresarios tras hacer de hortelanos por algún tiempo, viviendo juntos en una montaña.

A mí, el nombre del restaurante –“La ensalada” – más que hacerme agua la boca con imágenes mentales de manjares light, me hacía evocar siempre un revoltijo de cosas desconexas.

“Ensalada” era un término extraño, muy new age, que parecía hacer alusión directa al caos del universo, caos que yo creía ver en todo momento en las cosas cotidianas de mi querida ciudad, con sus enormes desigualdades y violentos contrastes.

Hoy, cuando “La ensalada” no es más que un recuerdo vago de mi niñez, el nombre me viene a la mente cuando abro mi Twitter y me pongo a leer las cosas tan sorprendentemente disímiles que postean mis colegas de timeline.

Noticias de política, farándula, deportes, chismes, flirteos, divagaciones y la fina “paja” silvestre –muuucha paja– que brota de los corazones aburridos, se alternan con el activismo incansable de ecologistas, humanistas, comunistas, anarquistas, defensores del libre mercado, periodistas, antiabortistas, liberales, neoconservadores, evangélicos, sionistas, opinólogos, ególatras y hasta copiones de profesión.

Cada uno expone su pedacito de mundo y lo defiende con vehemencia a punta de “unfollow”. El resultado es cualquier cosa como arroz con mango, habichuelas, melado, ají, vegetales crudos y carne frita con chicharrón.

Durante más de un año, en secreto, he saboreado esta mescolanza impúdica. La mastico, la sorbo, me deleito con cada exótico y escándaloso sabor… Y cómo aprendo, aprendo mucho.

Por eso, cuando la noche me encuentra perdida en sus abismos profundos, finalmente creo atisbar, con mi más honesto y místico temor, los resplandores y reflejos del gran caleidoscopio cósmico.

¡Salve Twitter, la más sabrosa ensalada humana que imaginar se pueda!

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