domingo, 27 de mayo de 2012

Código Forestal y pedido de Referendo Popular en Brasil

Leonardo Boff

Lamento profundamente que la discusión del Código Forestal [en Brasil] haya sido colocada en un contexto financiero, de producción de commodities y de mero crecimiento económico.

Ello demuestra la ceguera que se apoderó de la mayoría de los parlamentarios y también de importantes sectores del Gobierno. No toman en cuenta suficientemente los cambios ocurridos en el “sistema Tierra” y en el “sistema Vida” causantes del calentamiento global.

Ésta es apenas una expresión que encubre prácticas de devastación de selvas no solo en Brasil, sino en todo el mundo, envenenamiento de los suelos, contaminación creciente de la atmósfera, disminución drástica de la biodiversidad, aumento acelerado de la desertificación y, lo que es más dramático, la escasez progresiva de agua potable, que actualmente ha producido ya 60 millones de exiliados.

Calentamiento global significa, además, la sucesión cada vez más frecuente de eventos extremos que estamos presenciado en el mundo entero e, inclusive, en nuestro país, con inundaciones devastadoras por un lado, sequías prolongadas por el otro, y tormentas y vendavales nunca antes ocurridos en el sur de Brasil, que producen grandes perjuicios en casas y plantaciones.

La Tierra puede vivir sin nosotros incluso mejor. Nosotros no podemos vivir sin la Tierra. Ella es nuestra única Casa Común y no tenemos otra.

La lucha es por la vida, por el futuro de la humanidad y por la preservación de la Madre Tierra. Vamos, sí, a producir, pero respetando el alcance y el límite de cada ecosistema, los ciclos de la naturaleza, y cuidando los bienes y servicios que la Madre Tierra gratuita y permanentemente nos da.

Y vamos a salvar la vida, a proteger la Terra y a garantizar un futuro común, bueno para todos los humanos y para toda la comunidad de vida, para las plantas, para los animales, para los demás seres de la Creación.

La vida está llamada para la vida y no para la enfermedad y la muerte.  No permitiremos que una ley mal intencionada ponga en riesgo nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos, hijas y nietos. Queremos que ellos nos bendigan por lo bueno que hicimos por la vida y no tengam motivos para maldecirnos por lo que dejamos de hacer o podíamos haber hecho y no hicimos.

El momento es de resistencia, de denuncia y de exigencias de transformaciones a ese Código que, modificado, honrará la vida y alegrará a la grande, buena y generosa Madre Tierra. Ahora es el momento de que la ciudadanía popular se manifieste. El poder emana del pueblo. La Presidenta y los parlamentarios son nuestros delegados y nada más. Si no representan el bien del pueblo y de la nación, de nuestras riquezas naturales, de nuestras selvas, de nuestra fauna y nuestra flora, de nuestros ríos, de nuestros suelos y de nuestra inmensa biodiversidad, entonces han perdido legitimidad, y el uso del poder público es usurpación. Tenemos derecho a buscar el camino constitucional del referendo popular. Entonces veremos lo que el pueblo brasileño quiere para sí, para la humanidad, para la naturaleza y para el futuro de la Madre Tierra.

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Publicado por Correio do Brasil el 3-5-2012. Traducción libre.

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