Rafael Cadenas
ESCRIBO
como quien se inclina sobre el cuerpo que ama.
*
Vivos como plumajes quedarán estos espacios.
*
La que encanta las orillas llega sin más escolta que el deseo. Hebra que conduce fuera del pensamiento.
*
¿Quién presagiaba diásporas, cruentas escrituras, tierras de castigo?
*
El mapa se antoja un hombre arrodillado
que crece cuando me quedo solo, miro alrededor
y reabro mi memoria.
*
La noche habla a las puertas.
*
Un canto oscuro estremece la madera.
*
Cerca como mi traje, lejos como un barco después del adiós.
*
Quita tu cuerpo del espejo
y
oblígalo a ser nube.
*
Tus ojos donde se calman las iras del trópico,
tus ojos, habituados a la oscuridad de los follajes,
tus ojos, que saben zarpar hacia el exceso
no resisten
la felicidad.
*
Penetro en el sol manchado de tu mirada. La rosa perdida.
*
Me has dado el paso con que voy al encantamiento.
*
Voluptuosos márgenes persiguen una sombra febril.
*
Vengo a espacios llagados,
y en mi boca se entristece el paraíso.
*
Los ojos inocentes
conquistan territorios perdidos.
*
Crece sobre cicatrices la rosa de un mediodía escondido.
*
Una mujer me busca entre las hojas,
un hombre sale de tu frente a llevarte.
*
El tiempo avienta islas hacia mí, pero he perdido los ases.
En el derrumbre resuenan las aguas.
Una transparencia baña la herida.
*
Me conocí a tu lado en la hierba
como puro olvido.
*
¿Cómo pude volver la espalda?
¿Cómo pude borrar tan firme escritura?
¿Cómo pude seguir, seguir, desunido, ardiendo?
………………
De Una isla, 1958.
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